Thomas Michel, S.J.
Vine para conocer de primera mano las instituciones educativas administradas por los participantes del movimiento dirigido por el Sr. Gülen. Por su parte, esto me ha llevado a estudiar sus escritos para descubrir las razones que subyacen detrás de la empresa educativa que ha surgido de la visión educativa de Fethullah Gülen y sus compañeros.
En principio, es necesario ser preciso sobre la relación del Sr. Gülen con las escuelas que llaman a menudo abreviadamente «escuelas de Gülen» o «escuelas del movimiento Gülen». El Sr. Gülen se describe principalmente como un educador. Sin embargo, él procura distinguir entre educación y enseñanza.
Él ha tratado de aclarar que no poseía ninguna escuela de su propiedad. «Estoy cansado de explicar que no poseo ninguna escuela» afirma con un poco de exasperación.[1] Las escuelas han sido instituidas por acuerdos individuales entre los países en las cuales se establecen y las compañías educativas fundadas para este fin. Cada escuela es una institución independientemente controlada, pero la mayor parte de las escuelas dependen de los servicios de compañías turcas para proporcionar materiales educativos y recursos humanos.
He tenido la ocasión de visitar numerosas escuelas a lo largo y ancho del mundo y hablar de la estrategia educativa con el personal de la enseñanza y el administrativo. La intensidad de sus programas en ciencias, informática y lenguas se muestra en sus repetidos éxitos en las olimpíadas académicas. En un instituto de secundaria en Bishkek, me dirigí a un grupo de niños de Kirguiz que estudiaban séptimo grado durante aproximadamente una media hora. Al final de mi conversación, el profesor pidió a los estudiantes explicar aquellos elementos que identificaban mi pronunciación y vocabulario lo que mostraba que tenía un acento más americano que inglés británico y para mi asombro, los niños no tuvieron ninguna dificultad en identificarlo como tal.
Yo había esperado encontrar un contenido más ostensiblemente islámico en el plan de estudios y en el ambiente de las instituciones educativas, pero esto no fue así. Cuando pregunté sobre la sorprendente ausencia de lo que para mí habría sido una comprensible parte de un proyecto educativo religiosamente inspirado, me dijeron que esto era debido a la naturaleza pluralista de los estudiantes —cristianos y musulmanes en Zamboanga y budistas e hindúes también en Kirguizistán—ya que ellos procuraron comunicar valores universales como la honestidad, el celo profesional, la armonía y el meticuloso servicio más que cualquier instrucción confesional.
Estos encuentros me condujeron a estudiar las escritos de Fethullah Gülen para averiguar los principios educativos y la motivación que sostienen las escuelas y tratar de encontrar las técnicas propias de Gülen que lo han hecho un educador capaz de inspirar a los demás con su visión.
La Visión Educativa de Fethullah Gülen
En las décadas posteriores al establecimiento de la República Turca, muchos musulmanes turcos han criticado el programa «de modernización» adoptado por el gobierno, acogiendo lo mejor y lo peor de la civilización europea. Ellos han considerado la secularización no simplemente como una consecuencia no planeada de un proceso laico, sino más bien como el resultado consciente de una tendencia antirreligiosa. Ellos sostienen que la presunción tácita que es la base de las reformas en pos de la modernización ha sido una convicción ideológica que clama que la religión es un obstáculo para progresar y debe ser excluida de la esfera pública de la sociedad, la economía y la política si la nación quiere avanzar. Las líneas de batalla redactadas durante décadas desde el establecimiento de la República, y reafirmadas por los sistemas competitivos educativos entre si, han hecho del debate secularización-religión en Turquía un asunto del que se espera la opinión de la mayoría de los intelectuales y pensadores
Según mi opinión, uno de los motivos por los que Fethullah Gülen fue atacado tan a menudo tanto por los partidos políticos de «derecha» como por los de «izquierda», así como por los «seculares» y los «religiosos» en Turquía es precisamente porque él ha rechazado tomar parte de un asunto que él considera un callejón sin salida; en cambio ofrece un acercamiento orientado al futuro con el que espera avanzar más allá del debate en curso. La solución de Gülen es afirmar el objetivo intencionado de la modernización promulgada por la República Turca, pero mostrar que un proceso realmente eficaz de modernización debe incluir el desarrollo de la persona en su totalidad. En términos educativos, esto debe adoptar las preocupaciones principales de varias corrientes actuales de la educación y tejerlos en un nuevo estilo educativo que responderá a la necesidad de cambios del mundo de hoy.
Esto es muy diferente de los proyectos reaccionarios que procuran reanimar o restaurar el pasado. Negando que la educación ofrecida en las escuelas mencionadas junto con su nombre es una tentativa de restaurar el sistema otomano o rehabilitar el califato, Gülen repetidamente afirma: «Si no hay adaptación a las nuevas condiciones, el resultado será la extinción».[2]
A pesar de la necesidad de modernización, él sostiene no obstante que hay riesgos implicados en romper con el pasado. Alejarse de los valores tradicionales, pone a la gente joven en peligro de ser educado sin valores. Los valores inmateriales como la amplitud de ideas, la claridad del pensamiento, la profundidad de sentimiento, apreciar la cultura o el interés en la espiritualidad tienden a ser ignorados en las modernas sociedades educativas que son en gran parte dirigidas a la fabricación en serie de funcionarios para un sistema de mercado globalizado.[3]
Tales estudiantes pueden estar suficientemente preparados para encontrar trabajo, pero no tendrán la formación interior necesaria para conseguir la verdadera libertad humana. Los líderes de los sectores económicos y de la política a menudo favorecen y promueven la educación orientada «sin valores» porque esto les permite controlar más fácilmente a las clases políticas «enseñadas, pero no educadas» del gobierno. «Gülen afirma que si se desea mantener muchedumbres bajo control, simplemente prívales de sabiduría y de conocimientos. Pueden evitar tal tiranía sólo a través de la educación. El camino a la justicia social es pavimentado con la educación adecuada, universal, ya que sólo esto dará a la gente el entendimiento y la tolerancia suficiente para que respeten los derechos de los demás».[4]
Si se quiere realizar una reforma educativa, la educación del maestro es un asunto que no se puede ignorar. Gülen indica que «La educación es diferente de la enseñanza. La mayoría de los seres humanos pueden ser maestros, pero el número de educadores es extremadamente limitados».[5] Tanto los maestros como los educadores imparten conocimientos y enseñan habilidades, pero la diferencia entre los ambos es que el educador es el que tiene la capacidad de ayudar a descubrir las personalidades de los estudiantes, que promueve pensamientos y reflexiones, que construye el carácter y permite al estudiante absorber las cualidades de la autodisciplina, de la tolerancia y de un sentido de misión. Él describe a los que enseñan simplemente solamente para recibir dinero, sin ningún interés en la formación del carácter de los estudiantes como «Ciegos dirigiéndose a otros ciego».
Gülen utiliza repetidamente varios términos en sus escritos sobre la educación que deben ser explicados ya que pueden ser malinterpretados. El primero de ellos es espiritualidad y valores espirituales. Algunos puedan considerar esto una palabra codificada para «religión» y empleada para contrarrestar los prejuicios hacia la religiosidad en las sociedades seculares modernas. Sin embargo, es evidente que Gülen utiliza este vocablo en un sentido más amplio. Según él, la espiritualidad no solamente incluye las enseñanzas específicamente religiosas, sino también la moralidad, la lógica y el bienestar psicológico. Los términos claves en sus escritos son la compasión y la tolerancia. Es un deber de la educación inculcar tales cualidades «no cuantificables» en los estudiantes.
Otros términos utilizados con frecuencia por Gülen deben ser examinados. Él siempre menciona la necesidad de los valores culturales y tradicionales. Su llamada para la introducción de los valores culturales y tradicionales en la educación ha sido interpretada por críticos como una llamada reaccionaria para volver a la sociedad otomana prerrepublicana. Él ha sido acusado de ser irtiyayi (fundamentalista). Esto es una acusación que él siempre ha negado. En defensa de su posición, indica: «La palabra irtiya significa volver al pasado o llevar el pasado al presente. Yo soy una persona cuya meta es la eternidad, no sólo el mañana. Yo pienso en el futuro de nuestro país e intento hacer todo lo que posible en pos de su éxito. Nunca aparece en cualquiera de mis escritos, palabras o actividades que yo pretendiera restaurar en mi país sistemas de gobiernos anteriores. Pero nadie puede llamar a la creencia en Allah, la adoración, los valores morales y los asuntos de sentido general que no están limitados por el tiempo como irtiya».
La tendencia de «romper las cadenas con el pasado» entre algunos reformistas modernos él la considera como una bendición ambigua. Estos elementos de la herencia de un país que eran opresivos, estaban estancados, o habían perdido su propósito y inspiración original tienen que ser sustituidos sin duda alguna, pero los elementos liberadores y humanizados se deben reafirmar si las nuevas generaciones quieren ser capaces de construir un futuro mejor. Está claro que sus ideas no están limitadas por los debates internos acerca de corrientes políticas en Turquía, ni siquiera el futuro de las sociedades islámicas. Su visión educativa abraza las sociedades «a lo largo y ancho del mundo». El quiere formar reformistas, es decir, aquellos dotados con un sistema del valores que tiene en cuenta los aspectos físicos y no-materiales de la humanidad. El indica: «los que quieren reformar el mundo deben reformarse a sí mismos primero. Para llevar a los demás al camino del viaje a un mundo mejor, deben purificar sus mundos interiores del odio, del rencor, de los celos y adornar su mundo exterior con toda clase de virtudes. Los que se apartan del autocontrol y la autodisciplina, han fracasado al purificar sus sentimientos. Ellos no serán capaces de inspirar a los otros de manera permanente y los sentimientos que estimulan pronto desaparecerán».[6]
Gülen indica: «Una persona es un sincero ser humano que aprende y enseña a la vez que inspira los demás. Es difícil considerar como completamente humano a alguien que es ignorante y no tiene deseos de aprender. Es también cuestionable si una persona educada que no renueva sus conocimientos y se reforma para dar ejemplo a los otros es totalmente humano».
[1] Webb, Lynn Emily, Fethullah Gülen: Is there More to Him Than Meets the Eye? pág. 106.
[2] Webb, Fethullah, Gülen, 86.
[3] Towards the Lost Paradise, 16.
[4] "M. Fethullah Gülen: Avoice of Compasión, Love, Understanding, and Dialogue". Introduction to M. Fethullah Gülen, "The Necessity of Interfaith and Dialogue: A Muslim Approach" presentado en el Parlamento de las religiones del Mundo, Cape Town, South Africa, Dec. 1-8, 1999.
[5] Perlas de la Sabiduría, 1:36.
[6] La necesidad de un diálogo interconfesional, 30.